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Entre pólvora y seda: así se viven las Fallas de Valencia
La ciudad arde en arte, tradición y fiesta durante casi tres semanas, en un espectáculo único reconocido como Patrimonio de la Humanidad.
Publicado en 09/08/2025 10:40 • Actualizado 23/08/2025 16:27
Entretenimiento

Fechas: Del 1 al 19 de marzo de 2025

Lugar: Valencia, Comunidad Valenciana, España

Declaradas: Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (2016)

 

Valencia huele a pólvora desde primera hora. El aire de marzo es fresco, pero no importa: las calles ya están llenas de gente que camina mirando hacia arriba, buscando el primer destello de color de los monumentos falleros. Entre calle y calle, una banda de música interpreta un pasodoble, y un grupo de falleros, vestidos con trajes tradicionales, avanza orgulloso, saludando a vecinos y turistas.

En la Plaza del Ayuntamiento, miles de personas se aprietan frente a las vallas. Son las dos menos cinco y la expectación es total. Cuando el reloj marca las 14:00, el primer petardo retumba en el pecho. La mascletà empieza suave, como si tanteara al público, pero pronto se desata un estruendo que hace vibrar el suelo. La gente sonríe, grita, aplaude; algunos hasta se emocionan. Al final, un silencio repentino y, después, una ovación que se oye a varios metros de distancia.

Por la tarde, la ciudad se transforma en un museo al aire libre. En cada esquina, una falla diferente: algunas critican a políticos con humor ácido; otras muestran escenas de la vida cotidiana valenciana; las infantiles, más coloridas, fascinan a los más pequeños. Los artistas falleros pasean discretos, viendo cómo su obra arranca comentarios y fotografías.

El 17 y 18 de marzo, la Plaza de la Virgen se llena de olor a claveles. Desde la Calle de la Paz hasta la Basílica, el desfile de la Ofrenda avanza lento y solemne. Mujeres con moños perfectos y joyas antiguas cargan ramos que, uno a uno, van cubriendo la gigantesca estructura de madera de la Virgen. A su lado, hombres con chalecos bordados caminan con la mirada fija en el suelo, emocionados. El sonido de las bandas de música envuelve la escena.

La Nit del Foc ilumina el cielo con coreografías de luz que parecen bailar sobre el río Turia. Miles de personas miran hacia arriba, boquiabiertas. El 19 de marzo llega la Cremà: las fallas arden entre aplausos, emoción y lágrimas, cerrando un ciclo que simboliza la renovación. Cuando la última chispa se apaga, Valencia ya piensa en el próximo marzo.

Los Orígenes de las fallas son medievales – Los carpinteros quemaban restos de taller y parots en honor a San José.

Sólo en la ciudad de Valencia hay más de 700 monumentos – Algunos superan los 20 metros de altura.

Declaradas por la UNESCO – Patrimonio Cultural Inmaterial desde 2016.

Los valencianos decimos que la pólvora “se lee” – Las mascletaes tienen un ritmo que los valencianos interpretan como música.

Ofrenda monumental a la virgen de los Desamparados – Más de 50.000 ramos en el manto floral.

Tienen un gran Impacto turístico – Más de un millón de visitantes visitan en Marzo la ciudad de Valencia cada año.

Preparación constante – Las comisiones falleras trabajan durante todo el año, para poder disfrutar de sus fiestas durante una semana.

 

Por Lute Pérez

 

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