Foto: Prensa CONICET
Río Negro, marzo de 2025.
Tras el incendio forestal “Confluencia”, que arrasó más de 3.800 hectáreas en la zona de Mallín Ahogado y El Bolsón, el gobierno provincial solicitó al CONICET un diagnóstico integral y asistencia técnica para diseñar un plan de manejo de riesgos y restauración ambiental. La iniciativa busca atender las consecuencias ecológicas, sociales y productivas de uno de los siniestros más graves en la región andino-patagónica.
Un incendio de gran magnitud
El incendio “Confluencia” se desarrolló entre enero y marzo de 2025, afectando bosques nativos, humedales, chacras y plantaciones forestales. Según datos oficiales, se quemaron 2.100 hectáreas de bosque nativo, más de 150 establecimientos agrícolas fueron dañados, 220 viviendas resultaron afectadas y más de 700 turistas debieron ser evacuados. Las pérdidas económicas se estiman en miles de millones de pesos.
El rol de la ciencia en la recuperación
En respuesta, la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro convocó al CONICET para coordinar el Programa Integral de Manejo de Riesgo y Restauración del incendio Confluencia. Más de veinte especialistas trabajan en estudios de severidad, riesgos geoambientales, restauración ecológica y aspectos sociales.
“Será clave la escucha y el trabajo colaborativo con los pobladores afectados para diseñar un plan de manejo que contemple tanto la recuperación ambiental como las necesidades de la comunidad”, destacó Javier Grosfeld, coordinador general del proyecto.
Severidad y riesgos posteriores al fuego
Los equipos científicos analizan la “severidad” del incendio, entendida como la pérdida de materia orgánica de vegetación y suelos. Según el investigador Thomas Kitzberger (CONICET-INIBIOMA), este evento fue particular por su rápida propagación y porque combinó daño ambiental con impacto directo sobre vidas y bienes.
Paralelamente, especialistas en riesgos geoambientales, como Gustavo Villarosa (CONICET-IPATEC), evalúan fenómenos asociados a la erosión, deslizamientos, aluviones y caídas de rocas. Se proyecta implementar un sistema de monitoreo con participación ciudadana que, a futuro, podría convertirse en una red de alerta temprana.
Proyecciones y próximos pasos
El programa contempla distintas etapas: diagnóstico ambiental y social, estudios de fauna y flora, lineamientos turísticos y estrategias de restauración activa y pasiva. Antes de iniciar plantaciones o acciones de restauración final, los equipos priorizarán las áreas más afectadas y diseñarán medidas de rehabilitación que incluyan manejo de ganado, control de especies exóticas y planificación del uso público del área.
Una tarea que involucra a la comunidad
Los especialistas remarcan que la prevención debe comenzar en la organización comunitaria. “La prevención empieza por el lote y el barrio. En la región andino-patagónica, los incendios serán un riesgo recurrente y solo la conciencia social permitirá reducir su impacto”, concluyó Grosfeld.
Por Vanesa Di Giacomo
Con información de Prensa CONICET.